Potencia económica emergente
Desde hace varias décadas el mundo ha sido testigo de la constante evolución de la República Popular de China, que ha evidenciado un total replanteamiento de su relación con el exterior y ha consolidado un gran crecimiento a nivel económico, demográfico y militar. De hecho, esta nación se ha convertido en el financiador del mundo. Todo esto lo ha logrado a través de la “Belt and Road” de China, también conocida como la Nueva Ruta de la Seda.
Este megaproyecto fue presentado por el presidente Xi Jinping en el 2013, durante una visita oficial a la Universidad Nazarbayev, en Kazajistán, donde dio a conocer su decisión de construir un cinturón económico alrededor de la ruta de la seda. De igual manera, en octubre del mismo año, el mandatario chino confirmó la incorporación marítima de este megaproyecto, denominado La Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI, durante su participación en la Cumbre de Líderes económicos del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
Bajo esta iniciativa, China ha emprendido un ambicioso programa de préstamos o subvenciones de programas de desarrollo e inversión destinados a la construcción de plantas eléctricas, gasoductos, puertos, aeropuertos y vías ferroviarias en cerca de 138 países en África, el sureste y centro de Asia, Europa y América Latina
De igual manera, en el 2017 le fueron adheridas al programa dos iniciativas más: la Ruta de la Seda de la Salud y la Ruta de la Seda Digital. El anuncio fue hecho en el marco de una mayor conectividad sanitaria y digital euroasiática. Por esto, China se ha concentrado en la construcción de infraestructura de telecomunicaciones y hospitalaria, las cuales también ha dotado de equipos y de formación médica para los profesionales de la salud.
Además, China es el país con una de las mejores evoluciones económicas de los últimos 25 años con un promedio anual del 9,5%. De acuerdo con los datos del Ministerio de Comercio de China, la inversión extranjera directa (IED) en su área continental creció un 17,8 % interanual durante los primeros nueve meses de este año alcanzando los 142.010 millones de dólares. Los sectores que más contribuyeron con esta cifra fueron los servicios y las industrias de alta tecnología. Las inversiones extranjeras provinieron principalmente tanto de los países miembros de la “Belt and Road”, como los de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ANSEA).
De esta manera queda claro porque esta nación se ha convertido en un importante contribuyente de la economía mundial, que se viene consolidando desde 1970 cuando implementó su política de reforma y apertura. Gracias al crecimiento constante se ha beneficiado por los planes de liberalización, el rápido desarrollo del sector de alta tecnología y la creación de zonas de libre comercio.
Ubicación geográfica única
De acuerdo con la Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores español, China tiene una posición geográfica privilegiada respecto al resto de los países asiáticos. Se encuentra localizada en el Este del continente asiático y al Oeste del océano Pacífico. Cuenta con una superficie terrestre de 9.600.000 kilómetros cuadrados, lo que la convierte en el tercer país del mundo más grande en extensión, después de Rusia y Canadá.
Esta nación además de ser una de las más poblada de Asia Oriental posee 14,000 km de costa y comparte fronteras terrestres con 14 países. En su territorio se encuentran amplios y hermosos paisajes como praderas, desiertos, montañas, lagos y ríos. Mientras que en su capital Pekín existe una rica mezcla entre los sitios históricos como el complejo del palacio de la Ciudad Prohibida y la plaza de Tiananmén, con la arquitectura moderna actual, como por ejemplo en la ciudad de Shanghái dode se encuentra el centro financiero global del país.
Asimismo, la icónica Gran Muralla China que recorre el norte del país de Este a Oeste, es otro monumento histórico que ha conquistado al mundo por la belleza estética y la funcionalidad de la estructura, construida durante la dinastía Zhou para defenderse de los invasores mongoles. Desde esta nación se crearon y salieron al mundo grandes invenciones como la brújula, la imprenta, el primer sismógrafo y la pólvora, entre otros.
Estratégica red de infraestructura de transporte marítimo
China es ahora una de las naciones más importante del mundo en términos comerciales, ya que gracias a su dimensión territorial pose una amplia infraestructura portuaria que se extiende a lo largo de su litoral, donde tiene cerca de 350 puertos y puertos auxiliares, a través de los cuales moviliza el 57% de la actividad comercial internacional en actividades como carbón, minerales importados y cereales.
Actualmente, con su megaproyecto de la Ruta Marítima de la Seda, China domina cerca de 100 puertos en más de 60 países. Por ejemplo, en este momento controla el 67% del puerto griego del Pireo, catalogado como la puerta de ingreso de los productos asiáticos a Europa. Esto evidencia la gran expansión de las empresas chinas en la red global de puertos.
De acuerdo con la Unidad de Logística Comercial de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés), este tipo de acciones forman parte del amplio programa de inversión de los capitales chinos en obras de infraestructura en todo el mundo, con el objetivo de controlar las concesiones portuarias en puntos geoestratégicos para gestionar la circulación de los contenedores desde china al resto del planeta. Con este acceso a los puertos extranjeros le facilitan a China desarrollar y gestionar las redes comerciales para incrementar sus ganancias.
Inversionista del mundo
A través de la implementación de “Belt and Road” (BRI) o también conocida como la Nueva Ruta de la Seda, China ha logrado consolidar una importante red comercial con Asia, África y Europa, donde cerca de 70 países han sido incluidos en esta iniciativa que viene cambiando el orden mundial actual.
En esta relación, el país asiático ha invertido capital en la realización de imponentes megaproyectos como puentes, puertos, líneas de ferrocarril y carreteras en todo el mundo, lo que le ha facilitado expandir su influencia y conectividad. Es así como en lo que va corrido de este año, las inversiones directas chinas presentaron un incremento interanual del 13,8 %, alcanzando los 7.430 millones de dólares.
Desde la perspectiva del intercambio comercial entre china y los países miembros de su ruta, alcanzó los 9,2 billones de dólares, desde su lanzamiento hasta la fecha. Tras la realización de la quinta Exposición Internacional de la Ruta de la Seda, llevada a cabo en China, se concretaron varios acuerdos de cooperación que implicarán una inversión aproximada de 24.500 millones de dólares. En total son 72 proyectos firmados en los que se destacan la educación, la modernización de la agricultura y la tecnología.
Junto con esto, China ha firmado Tratados de Libre Comercio en Latinoamérica con Perú, Chile, Costa Rica, así como con Nueva Zelanda, Singapur y Pakistán. Adicionalmente, forma parte de organizaciones como:
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El Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC)
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Organización Mundial del Comercio (OMC)
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Acuerdo Comercial Asia-Pacífico (APTA)
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Organización Shanghái (SCO)
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Acuerdo de Asociación Económica Más Estrecha (China, Hong Kong)
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Tratados de libre comercio (TLC) de China
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Zona de Libre Comercio ASEAN
Finalmente, el país asiático ha anunciado la ratificación del Tratado de Libre comercio RCEP que está conformado por los diez miembros de la Asean (Birmania Tailandia, Brunéi, Vietnam, Camboya, Singapur, Filipinas, Indonesia, Laos y Malasia), así como, Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda. Este acuerdo representará cerca de un tercio de la economía mundial, y alcanzará unos 26,2 billones de dólares.
Mercado en crecimiento
El mercado interno de China es el más grande del mundo y sigue en crecimiento pese a la crisis financiera. Un aspecto interesante es que cuenta con más de 1.300 millones de clientes potenciales, que representan aproximadamente el 19.5% de la población mundial y de las cuales 400 millones poseen una renta per cápita igual a la media europea.
De acuerdo con el programa con el que China está conquistando al mundo, podemos establecer tres grandes puntos que soportan al nuevo modelo de crecimiento como son: lograr la prosperidad común, alcanzar la tecnología autosuficiente en el marco de estrategia de doble circulación (promover el crecimiento combinando la demanda doméstica y las exportaciones e inversiones extranjeras) y finalmente conseguir la implantación de la neutralidad en carbono.
Adicionalmente, China ha empezado incluir en su radar de operaciones en nuestro continente, donde ya es el segundo inversor más importante de Latinoamérica, y como tal, tiene vigentes más de 13 acuerdos de doble imposición y de protección de inversiones con los países de la región.
Mano de obra altamente calificada
Es bien sabido que China además de ser la fábrica del mundo, es también el centro de estudios y de negocios de las grandes empresas internacionales. Además, representa una base productiva de bajo costo con un enorme potencial de trabajadores con la actitud para aprender y reinventarse.
De acuerdo con el Buró Nacional de Estadísticas chino, su nación cuenta con cerca de 880 millones de personas entre los 16 y 59 años en edad laboral, evidenciando la abundancia y calidad de la mano de obra del país.
De acuerdo con el informe de la consultoría global McKinsey del año pasado, debido a la transformación generada por la automatización del trabajo y la digitalización de la economía China, cerca de 220 millones de trabajadores de este gigante asiático, es decir un 30% de su fuerza laboral tendrán que recualificarse y hasta cambiar de ocupación para el 2030. Es así como están surgiendo la demanda de nuevos empleos como técnicos en innovación y desarrollo, personal en el sector servicios, trabajadores manufactureros, profesionales en construcción y en el sector agrícola.
Si bien es cierto que el valor de la mano de obra barata en China es un punto atractivo para inversionistas o empresarios del mundo, porque hace bastante competitivas las manufacturas chinas, se debe destacar la gran capacidad de infraestructura integral de esta nación asiática, pieza clave para la producción y el desarrollo de cualquier tipo de producto a gran escala.